El concilio de los sueños

Entre realidades, sueños, psicodelia y cibernética. Habitar una casa en movimiento

Un umbral marca un límite, por ejemplo el adentro y el afuera de nuestra casa, de nuestrxs cuerpxs, las distintas fronteras que habitamos. Un elemento poroso que a la vez une y separa mundos. Las múltiples nociones de realidad en las que coexistimos se entrelazan por umbrales que nos permiten entrar y salir, habitar otrxs cuerpxs, espacios y temporalidades. A veces el umbral es tan difuso que perdemos de vista su forma y nos diluimos entre distintos territorios y lógicas. Perdemos de vista las fronteras y habitamos múltiples mundos que se funden unxs con otrxs. Nos confundimos en distintos estados de conciencia, temporalidades y modos de percepción. Pareciera que lentamente nos despertamos de un largo sueño y siguiéramos en un estado letárgico y confuso en el que no se distingue muy bien donde estamos. Quizás porque nunca despertamos realmente. Quizás porque estamos en demasiadas partes al mismo tiempo. Nos fragmentamos. 

¿Y qué pasa si en vez de fragmentarnos aprendemos a habitar en múltiples lugares simultáneamente? 

Aprendemos a ser en movimiento y así poder entrar y salir fluidamente por puertas que constantemente cambian de forma, posición y significado. 

Las cosas florecen en una mezcolanza entre distintas nociones y capas de realidad. Una especie de humus entre cotidianidad, URLs, IRLs, mundos surreales, temporalidades, avatares, memes, lo físico, lo digital, lo real, el dolor de espalda, lo inmaterial, la magia, el deseo, lo más-que-humanx, la vida, el pasado, la fantasía, lo desconocido, la cibernética, lo nuevo, lo antiguo, lo mineral, lo orgánico, la muerte, la ficción, los incendios, lo olvidado, el futuro, lo oculto, el delirio, los miedos, lo proyectado, las risas, el presente, lo recordado. 

¿Qué podemos aprender si nos entregamos al humus y aceptamos que la falta de nitidez y distinción pueden ser lugares mucho más fértiles que la ilusión de una claridad única, objetiva y estéril?

Quizás una manera de responder y actuar frente a las tantas crisis, emergencias y múltiples revoluciones que nos envuelven, consumen y activan, sería tratar de aceptar y encuerpar la desorientación como un lugar de empoderamiento para recalibrar nuestros sentidos, sistemas, cuerpxs e intuiciones desde ahí. 

Una mini revolución en protesta a la búsqueda del “norte” o de una claridad estática y de límites rígidos. 

Podemos construir con la desorientación nuestra brújula, una brújula que no apunta al norte porque eso no es lo que estamos buscando. 

Como una nube 

Un hito que no es hito 

Un punto de referencia en movimiento 

Una nube también es un umbral 

En su forma atmosférica y digital

Un espacio de proyección y navegación 

Hay quienes saben leer las nubes y así anticipar o entender sucesos y fenómenos de los sistemas de los cuales somos parte. Algunxs encuentran en las nubes un reflejo de sí mismxs, como si fuera un espejo. Un espejo también es un umbral. 

El umbral, el espejo, la nube, son todas fronteras que nos contienen y dan forma. 

Una nube es un sistema nómada y en transición que nace probablemente del océano y viaja por la atmósfera guiada por fluctuaciones de presión y radiación, sin necesidad de pedir permiso para pasar por aduanas y otrxs bordes arbitrarios. 

Una nube probablemente nace del océano, el mismo océano que está atravesado por ductos y cables que mueven datos y conectan granjas de servidores que se tragan el agua para apaciguar la sed de una nube que no es nube, pero que nos seduce con su intangible promesa de libertad, pero en vez de liberarnos, nos somete a sus reglas de hiperconectividad, consumo, control y poder. 

Nos confundimos y terminamos rindiendo tributo a señales y códigos, a 0s y 1s. Nos disolvemos en información, habitando una máquina que distorsiona el tiempo, olvidando nuestrxs cuerpxs, y lxs dejamos esperando en la otra realidad, esa donde unx a veces se enferma y las lágrimas son saladas. 

Nos convertimos en cuerpx sin órganos, tenemos bocas pero no podemos gritar. 

Quizás seguimos durmiendo. 

Esa drástica fragmentación que implica el pasar de un umbral a otro nos tiene mareados. Quizás acá estaría bueno poner una alarma y despertar. Necesitamos un cable a tierra para acordarnos de que a pesar de surfear lejos por 0s y 1s, seguimos adorando el aire que respiramos y que si los distintos tipos de nubes son espejos de nosotrxs mismxs, deberíamos dejar de vivir obsesionados con el control y así quizás ella -y los que la controlan- nos dejan de controlar de vuelta. Quizás si somos escurridizos, como una nube o el agua que la conforma y aprendemos a habitar multidimensionalmente ya no habría mucho que controlar. Nos diluimos en el aire, no para desaparecer, si no que para aparecer en múltiples formas.

En vez de vivir fragmentadxs y en constante pugna con la realidad y nuestras identidades, podríamos explorar la fragmentación como oportunidad. Vivimos entre umbrales, habitamos la frontera, no somos ni de aquí ni de allá, pero en vez de no ser de ninguna parte, podemos elegir ser fluidamente de muchas, quizás podemos aprender a ver “con ojos de serpiente y aguila” como propone Gloria Anzaldúa. Quizás podemos pensar en modelos o maquetas para explorar maneras de habitar umbrales en movimiento y así no tener que fragmentarnos tanto a medida que vamos de umbral a umbral. Podemos imaginar estrategias para navegar más fluidamente la confusa realidad que se diluye entre nuestros dedos. Para eso tenemos que trabajar en nuestra propia plasticidad y aprender del agua que se convierte en nube, vivir en una constante transición de fase a fase. 

Los modelos sirven para proponer y dar forma, para maquetear y comunicar ideas, son instrumentos para pensar al hacer. De esta manera, como una colección de modelos, esta muestra reúne y pone en diálogo el trabajo de artistas que viven entre mundos y exploran espacios multidimensionales de cuidado, multiplicidades fractálicas, coexistencia e interdependencia más-que-humanas, donde la imaginación y especulación son herramientas políticas que reescriben la historia desde otros registros perceptuales y temporales.

La muestra intangible propone un lugar de acción y poética que rearticula nuestra relación con otrxs, incluyendo otrxs tipos inteligencias y el colectivizar fuera del cerebro humanx, escuchando con respeto y aprendiendo de saberes ocultos y resilientes, modelos donde los sueños son semillas y estómagos a la vez y hay rituales vibracionales que alteran como absorbemos el mundo del que somos parte. 

Todxs pueden ser entendidos como una forma de habitar umbrales en movimiento. Cada uno compone y explora distintas formas posibles de habitar una realidad porosa y dinámica. Por medio de su trabajo este grupo de artistas proponen experimentos y modelos para viajar en una deriva entre realidades y distintas dimensiones simultáneas donde la ficción nos ayuda a reorganizar la realidad, donde se resisten nociones lineales y hegemónicas de ser, habitar, y construir mundos. Un espacio de estimulante experimentación que responde a un momento, donde es urgente cuestionar y reformular lo que damos por hecho, y poner en práctica formas de habitar fluidamente una casa en movimiento.

Nicole L’Huillier [Chile]
Curadora

Nicole L'Huillier (Santiago,1985). ​​ Desde una perspectiva transdisciplinar su obra se desarrolla principalmente por medio de la instalación, performance, escultura y composición sonora, explorando el sonido como material de construcción que entrelaza agencias desde lo micro a lo cósmico y estimula nuevos imaginarios, sensibilidades y colectividades. Actualmente es Candidata Doctoral en Artes Mediales y Ciencias en MIT, Media Lab en el grupo de investigación Opera of the Future. Su trabajo ha sido presentado internacionalmente, abarcando una gran diversidad de escenarios y contextos: desde el interior de la Tierra –en aceleradores de partículas–, la cima de la Cordillera de Los Andes, y también en ambientes de flotación en el aire a través de microgravedad. Ha participado en bienales, museos, galerías, festivales de música, conferencias espaciales, eventos científicos, y exposiciones de arte experimental. Actualmente vive en Boston, Estados Unidos.